Cómo empezó todo

Hola, me imagino que si has llegado a mi página es porque tienes mi libro en la mano o porque llevas horas navegando por Internet y el señor Google te ha traído hasta aquí (todos sabemos que los caminos de Google son inescrutables). Sea como sea, hola, encantada de saludarte, te ofrecería un café o un gin tonic, pero me temo que de momento tendrás que conformarte con mi historia así que aquí va.

Hace unos meses Rubén, mi novio, me dejó por Instagram. Sí, tal cual, sin anestesia ni nada; una mañana, después de haber pasado la noche conmigo, colgó una foto de sus maletas delante de la puerta de MI CASA y con dos o tres hashtags absurdos le dijo a todo el mundo que me dejaba y se iba a hacer surf a la otra punta del mundo para encontrarse a sí mismo. Imbécil.

Por desgracia no estoy exagerando, esta es la foto:

Pantalla

 

Lo que sucedió después es de película, aunque aún no he decidido si es de película de miedo o de risa o de amor. O un poco de las tres.

Ese día, el del Instabye, también conocido como el plantón más cutre y patético de la historia, Abril, mi supuesta mejor amiga, me llevó a un bar a desahogarme…y vaya si me desahogué. Entre gin tonic y gin tonic solté un discurso sobre los hombres de este país, dije que ellos son el PROBLEMA, que sin ellos la vida a nosotras, las chicas, nos iría a las mil maravillas. Dije que son malos amantes, que son aburridos, sosos, que no saben escucharnos ni seducirnos ni nada de nada. No dejé títere con cabeza y Abril lo grabó con el móvil sin que yo me diera cuenta (los gin tonics ayudaron mucho en este sentido) y lo colgó en Youtube. En serio, búscalo, verás que es verdad.

En fin, que me pasé el fin de semana encerrada en casa. Era fin de año y me juré a mí misma que jamás permitiría que volviera a pasarme algo así. A partir de ese momento iba a ser Candela de verdad, iba a luchar por mis sueños, por mi vida, y no iba a conformarme con tener a un tipo cualquiera a mi lado. Sola se está muy bien.

Pero al llegar al trabajo -trabajo de periodista en una revista- Abril, que es la mejor fotógrafa de la plantilla, me estaba esperando para llevarme a rastras al despacho del director general; un chico con los ojos demasiado negros y demasiado todo.

¿Aún crees que mi historia no es lo bastante surrealista? Pues espera. El director general del grupo editorial al que pertenece la revista, el señor Salvador Barver (el de los ojos negros), me dijo que la revista iba mal, tan mal que iban a reducir la plantilla a la mitad pero que quizá había una manera de evitarlo.

A mí no me hacía especial ilusión quedarme sin trabajo, tengo que pagar el alquiler y la vida, por desgracia, no es gratis, pero no lograba entender qué pintaba yo en todo eso.

La respuesta, si quieres saberla, está en Los chicos del calendario y ha sido el año más excitante y emocionante de toda mi vida. ¿Me acompañas a vivirlo de nuevo a través de mis libros? Y si quieres descubrir más detalles y secretos sobre mí, los chicos del calendario o este año de infarto, sígueme también en las redes 😉

Ni te imaginas lo que está a punto de suceder.

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