Barcelona es la ciudad donde nací hace veintiséis años, aunque ni mi padre ni mi madre son de aquí fue aquí donde ellos se conocieron y donde se casaron. Fue en la universidad y es una historia muy cursi con la que hoy no voy a aburriros, quizá lo haga más adelante (en realidad es una historia preciosa).

Supongo que tiene sentido que el primer mes del año Candela sucediese aquí y que el chico de enero (y de mucho más) también lo sea. Si conoces la ciudad seguro que sabes que hay un millón de motivos para enamorarte de ella, infinitos motivos. Si no la conoces, ¿a qué estás esperando? Ven. El mar Mediterráneo saldrá a recibirte, las montañas te darán un abrazo y verás tantas obras de arte, tantas sonrisas, tanta pasión que no querrás marcharte.

Si aún no te he convencido, estos son los lugares de Barcelona y alrededores que aparecen en la novela de «Enero». A lo largo de mi historia, de esta que quiero que leas y que revivas conmigo, Barcelona vuelve a aparecer, así que iré añadiendo lugares a esta lista. Y si tú quieres sugerirme alguno, ¡hazlo! ¡Vuélvete loco en la sección de comentarios 😉 !

Paseo de Gracia

La Predera, La Casa Batlló, las farolas, los edificios de Muntaner, los cafés con baldosas hidráulicas que harán enloquecer tu Instagram (aún no puedo evitar mi sarcasmo con esta app), los turistas japoneses y rusos cargados de cámaras y de mapas. Chimeneas que parecen guerreros y balcones que son dragones, una calle mágica.

Barrio de Gracia

Aquí vivo yo, en un edifico con un ascensor antiguo en el que viví uno de los momentos más increíbles de mi vida. Es un barrio precioso, está lleno de pisos con años de historia, de abuelos que pasean a sus nietos, de escritores con sueños por cumplir, de tiendas para turistas y de tiendas para el día a día. Organizamos un festival que es una locura y podemos sobrevivir a todas las modas.

 

La playa

En enero no pudimos ir a la playa, me sucedieron un montón de cosas que me hicieron entrar en calor, mucho calor, pero no me metí en el mar, lo que sí hice fue navegar en un velero a medio restaurar (prometo añadir fotos de esto más adelante), mientras, te recomiendo visitar cualquier playa del Mediterráneo.

Observatorio Fabra

Está en la montaña del Tibidabo y desde allí puedes disfrutar de una de las vistas más preciosas de la ciudad. La cúpula es preciosa, puedes visitarlo, ver el cielo e incluso centar en él. Está oculto entre árboles y precipicios por los que da miedo saltar, pero no tanto como otras cosas que pueden sucederte si subes allí con tu persona especial.

Puigcerdà

Es un pueblo de la Cerdanya, un pueblo en el que puedes tocar las estrellas y si sales de noche a ver la luna todo parece posible. Está a dos horas de Barcelona, pero a veces, si vas con la persona adecuada, es como viajar a otro planeta.