Nacho nació en Barcelona, pero tras el divorcio de sus padres (algo mucho más complicado de lo normal) se fue a vivir a Asturias con su padre y su hermana pequeña. Allí, tras una historia que deja la mía completamente en ridículo se convirtió en un chico de pro, un chicarrón del norte de esos que hacen que te quede cara de idiota, y para rematarnos del todo se preparó para ser bombero y guarda bosques.
Puedo oír vuestros suspiros desde aquí y eso que Nacho es como Aladin, «un diamante en bruto». Sí, tengo que dejar de ver pelis con mis sobrinas.
Tenéis que conocer a Nacho, en serio, tenéis que conocerle ya… y cuando lo hagáis no le llaméis Nachete, se pone muy quisquilloso 😉